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1) No comprender el problema al leerlo, por lo cual no se identifican las incógnitas ni los datos.

2) No contar con un orden básico, por lo que hay una mayor confusión.

3) No utilizar las unidades de medida en las sustituciones, lo que origina que la respuesta sea incorrecta, por combinar unidades incoherentes.

4) El manejo de la notación matemática es muy pobre, por lo cual se comenten errores en los despejes y otras operaciones matemáticas.

5) La falta de planificación para la acción realizada. Es decir, carecer de objetivos y esperar que la respuesta salte a su vista.

6) No concluir el problema. Desconocer a donde se debe llegar y no terminar de entregar una solución.

7) No tener una correcta representación mental de la situación descrita para lo que es muy útil un dibujo o un esquema del fenómeno problemático.

Fuente: El Tao de la Física