Jue 6 Sep 2007
Cansados de nuestra fragilidad y vulnerabilidad no es de extrañar que una de nuestras fantasías más recurrentes remita a los “superpoderes”. En su versión médica hace referencia al sueño del remedio universal que todo lo cura. ¿Por qué hacer caso a la parcial, farragosa, difícil, a veces insatisfactoria y falible “ciencia oficial”?
Por supuesto, este sueño o delirio, como se prefiera, se ha renovado en nuestra época y actualmente se reviste del telemático y tecnológico manto de Internet para tentarnos en nuestra propia casa a la distancia de un clic. Ni que decir tiene que detrás de esa acción y resguardados del reclamo o la indignación del usuario por el anonimato y por la desprotección de las leyes sanitarias, se encuentra la habitual legión de caras duras, sinvergüenzas forrados y quizás en muy contados casos algún bienintencionado benefactor de la humanidad. En cualquier caso los “falsos medicamentos” son un fraude más.
Terapias florales, aloes todopoderosos, jabones contra la depresión, colirios mágicos contra las cataratas…, ¿dónde están los estudios independientes que demuestran su eficacia?
Recomendamos un artículo sobre este tema publicado en el diario El País:
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