Jue 25 Nov 2010
El escepticismo, la duda razonable, como decía el filósofo Fernando Savater, es como bucear sin bombonas: queremos bajar muy profundo, y por eso aguantamos la respiración, pero sin duda el objetivo final es salir de nuevo al aire limpio de la certeza. Una cosa es la necesidad de evidencias que corroboren una determinada posición y otra cosa es hacer pasar por sano escepticismo la cabezonería, la irracionalidad o, peor todavía, una postura interesada. ¿Podemos merecer respeto intelectual por una mera negación sin ánimo de confrontación empírica y sin ánimo de desentrañar una verdad? ¿Es respetable un negacionista de cualquier cosa así sin más? ¿Son respetables los negacionistas de los crímenes nazis? ¿Lo son los negacionistas de la teoría de la evolución? ¿Por qué no un negacionista del carácter angular de la molécula de agua? ¿Y qué hay de los negacionistas del cambio climático, que así se han autodenominado?
Va dejando de ser motivo de controversia y convirtiéndose en un hecho empírico que estamos inmersos en un cambio climático rápido y global. Te enlazamos con una reseña periodística de un estudio que ha medido la temperatura de lagos a lo largo de todo el globo con datos tomados por satélite (ver fotografía relativa a la zona del lago Michigan) y también con un resumen del estudio mismo. Curiosamente un grupo de investigación del Club Científico Bezmiliana realizó un trabajo sobre el cambio climático en Málaga y descubrimos variaciones de temperatura similares a las descritas en el estudio referido. Los datos los tomamos de los registros realizados en el aeropuerto de Málaga durante varias décadas y, por si un aumento de la actividad aérea hubiera influido, conseguimos los datos de una sonda del mar de Alborán, a muchos kilómetros de distancia y sin actividad humana cercana alguna, que registraban valores también similares. ¡Demasiada casualidad!
Hay un enorme cuerpo de evidencia que converge en la misma conclusión: ¿por qué darle más vueltas? ¿Para evitar tener que pasar a la fase resolutiva y mientras tanto seguir bailando con la misma música?
Más información: El País
Resumen de la investigación original: Geophysical Research Letters
Dejar una respuesta
Tiene que estar identificado para enviar un comentario.