Nacida en Inglaterra en 1920, se graduó en Cambridge en 1941, en contra de la voluntad de su padre. Fue la cristalógrafa más importante del siglo XX, especializada en técnicas de difracción de rayos X.
En el afamado centro de investigación King´s Collage de Inglaterra conoció a Maurice Wilkins y ambos trabajaron con ADN. Lamentablemente la misoginia y la competencia laboral les llevó a un conclicto permantente, empeñado Wilkins en tratar a Rosalind como a una subordinada y no como a una colega. Con comentarios irritantes y despectivos hacía mofa de ella, de su imagen, de su feminidad, de su trabajo.
James Watson y Francis Crick también investigaban ADN por aquella época pero sin resultados. En 1952 Rosalind logra un diagrama de difracción de rayos X que revela la estructura helicoidal de la molécula. Wilkins, eufórico y sin su permiso enseña la fotografía a Watson y Crick que a partir de esta información consiguen armar un modelo teórico para la estructura del ADN, “la molécula de la vida”. En 1962 Watson, Crick y Wilkins consiguieron el premio Nobel de Fisiología y Medicina por su modelo del ADN. Rosalind no figuró en el equipo premiado y ni siquiera se hizo una mención ni a ella ni a su trabajo. Había muerto en 1958 de cáncer de ovarios a la edad de 38 años.
Una biografía completa en la que se incluyen frases reveladoras, de Watson y Crick, sobre su difícil inclusión en un entorno dominado por hombres, haciendo clic aquí.
Esas frases han dado pie a Virginia Garcés Villarrubia, alumna de 1º de Bachillerato en el I.E.S. Bezmiliana en colaboración con el proyecto de coeducación del centro, para confeccionar un maravilloso cómic que expresa muy bien el ambiente que vivió Rosalind.