Actualidad científica


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La sonda Phoenix, estacionada en la región polar de Marte, no ha hallado la más mínima señal de agua en su primer análisis del suelo marciano. Pero los científicos no han perdido la esperanza de encontrarla. En absoluto. Hasta ahora, la pala excavadora de su brazo articulado sólo ha cavado hasta los siete centímetros, según informa la NASA. Y la esperanza está en nuevas pruebas a 20 centímetros de profundidad.

La Phoenix realizó dos zanjas, bautizadas como Dodo y Goldilocks, que quedaron luego unidas en una sola de unos 22 centímetros de ancho y 35 de largo. Cogió una muestra de terreno con la pala excavadora y la depositó en un pequeño horno para calentarla y analizar los vapores generados. La maniobra ha traído de cabeza a los ingenieros, porque la muestra se quedó apelmazada durante varios días en la rejilla que protege la entrada del horno. Por fin se logró que pasaran unos granos hasta el analizador. Los científicos creen que su exposición prolongada al Sol pudo eliminar cualquier rastro de agua.

El horno primero ha calentado la muestra hasta 35 grados centígrados y luego hasta 175 grados, con resultado negativo en cuanto a agua en ambos casos. Ahora, el plan es elevar la temperatura hasta los 1.000 grados, para ver si se vaporizan minerales que pudieran tener algún enlace con el agua, lo que se interpretaría como indicio de que el terreno allí ha estado en contacto con ella.

Mientras tanto, los científicos están también intrigados con un material brillante que se ve en las imágenes que toma la sonda Phoenix donde ésta ha excavado, pero de momento no saben si es hielo o sal.

Fuente: www.elpais.com

serotonina.pngUna nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, ha conseguido por vez primera reunir pruebas de que el neurotransmisor llamado serotonina, que actúa como mensajero químico entre las células nerviosas, juega un papel esencial en la regulación de la impulsividad y agresividad en la toma de decisiones en entornos sociales.

La Universidad de Cambridge explica al respecto en un comunicado que los resultados de esta investigación vierten luz sobre algunos trastornos clínicos, como la depresión, los desórdenes obsesivo-compulsivos y la ansiedad severa, en los que son frecuentes los niveles bajos de serotonina en el organismo. Estos trastornos suelen a su vez estar asociados con dificultades sociales.

Reducir niveles artificialmente

Hace tiempo que se sabe que la serotonina juega un papel muy importante en el estado de ánimo, en la ansiedad, en el sueño, y en las conductas alimenticias y sexuales, además de regular las funciones neuroendocrinas y cognitivas de nuestro cuerpo. En el sistema nervioso central juega un papel importante en la inhibición del enojo o la impulsividad.

Desde hace tiempo, también, se había asociado la serotonina con ciertas actitudes en entornos sociales, pero su relación específica con la impulsividad había sido hasta ahora una cuestión controvertida. Aunque muchos especialistas habían teorizado acerca de esta relación, el estudio de los científicos de la Universidad de Cambridge ha demostrado que realmente existe un vínculo causal entre serotonina e impulsividad.

Los resultados de la investigación explicarían, por ejemplo, por qué algunas personas se vuelven más agresivas cuando no han comido. El aminoácido o molécula orgánica necesaria para que el cuerpo genere serotonina sólo se puede obtener de la comida y la dieta, por lo que los niveles de esta sustancia se reducen de manera natural cuando no comemos. Este mecanismo ha sido aprovechado por los científicos británicos en su experimento.

Los investigadores redujeron los niveles cerebrales de serotonina en voluntarios sanos durante un corto periodo de tiempo manipulando su dieta. Posteriormente usaron un juego conocido como “el juego del ultimátum” para observar las reacciones de estos individuos con bajos niveles de serotonina ante acciones injustas.

Juego del ultimátum

El juego del ultimátum es un juego económico experimental en el que dos partes interactúan de manera anónima y sólo una vez, por lo que la reciprocidad no es un problema. El primer jugador propone cómo dividir una determinada suma de dinero con el segundo. Si éste último rechaza la oferta, nadie obtiene nada. En cambio, si la acepta, el primer jugador obtiene lo que propuso y, el segundo, el resto.

En este juego, normalmente, los jugadores tienden a rechazar, alrededor de la mitad de las veces, aquellas ofertas que suponen menos de un 20-30% de la cantidad total, a pesar de que, con este rechazo, se quedan sin nada.

Sin embargo, con los niveles de serotonina más bajos de lo normal, la tasa de rechazo de las ofertas injustas por parte de los participantes se incrementó hasta el 80%, sin que a éstos les preocupara perder la recompensa que supone aceptar las ofertas, por nimias que fueran, explican los investigadores en Science. De hecho, los voluntarios no demostraron ningún cambio de humor, no siguieron un proceso básico de valoración de la recompensa ni mostraron una respuesta inhibitoria.

La científica Molly Crocket, co-autora del estudio, señaló en el comunicado de la Universidad de Cambridge que “estos resultados sugieren que la serotonina juega un papel fundamental en la toma de decisiones en entornos sociales, normalmente manteniendo las respuestas sociales impulsivas bajo control. Los cambios en la dieta y el estrés pueden ocasionar que los niveles de serotonina fluctúen, por lo que resulta importante comprender cómo estos cambios pueden afectar a nuestras decisiones cotidianas”.

Conseguir serotonina

Pero, ¿cómo podemos mantener unos niveles óptimos de serotonina en nuestro cerebro? Los especialistas señalan que consumiendo triptófano, que es un aminoácido esencial en la nutrición humana que promueve la liberación del neurotransmisor.

Alimentos ricos en triptófano son, por ejemplo, el pollo o el chocolate, aunque en general los niveles de serotonina en el organismo dependen de los niveles de azúcar en la sangre, y éstos pueden aumentarse también consumiendo, por ejemplo, harinas, que tienen un alto contenido en azúcar y, por tanto, pueden sustituir la tristeza, la angustia y el nerviosismo por alegría, sedación y felicidad.

Por otro lado, los niveles de serotonina también aumentan con el ejercicio físico, la vida al aire libre o las bebidas azucaradas. Con unos niveles óptimos se duerme mejor –la serotonina regula el reloj interno del organismo-, y también se tiene mejor memoria, porque este neurotransmisor ayuda a concentrarse y a recordar.

Autora: Yaiza Martínez

Fuente: Tendencias 21

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Nuevas imágenes obtenidas por el telescopio espacial Spitzer de la NASA han arrojado luz sobre la verdadera estructura de la Vía Láctea. Las instantáneas han revelado que la galaxia tiene dos brazos principales de estrellas en forma de espiral, y no cuatro, como durante décadas se había pensado, informa la agencia espacial en su página web.

Un equipo de científicos estadounidenses se ha servido de las imágenes infrarrojas del Spitzer, capaz de traspasar el polvo, para obtener información detallada del denso y alargado bulbo de estrellas que la Vía Láctea posee en su centro. Los científicos, gracias a 800.000 instantáneas, han observado que el bulbo se extiende más allá de lo que se creía hasta ahora.

Según los primeros modelos de la estructura de la galaxia, basados en las observaciones de gases, ésta tenía cuatro brazos principales de estrellas, denominadas Norma, Scutum-Centauro, Sagitario y Perseo, informa la NASA. Ahora el grupo de Benjamin ha constatado una densidad estelar mayor en Scutum-Centauro y Perseo que no aparece en el caso de Sagitario y Norma, lo que confirma que la Vía Láctea está compuesta de dos brazos únicamente: Scutum-Centauro y Perseo, señaló el investigador Robert Benjamin, de la Universidad de Wisconsin, en EE UU. Los brazos menores (Norma y Sagitario) están compuestos principalmente de gases y pequeñas zonas de formación estelar.

Repensar la galaxia

Benjamin asegura que el Spitzer “ha aportado un nuevo punto de partida para comenzar a repensar la estructura de la Vía Láctea”. El científico, que ha presentado los resultados en una rueda de prensa durante un encuentro de la Sociedad Astronómica Norteamericana en St. Louis, indicó que los astrónomos “revisarán la imagen que tenían de la galaxia al igual que los antiguos exploradores corregían continuamente el mapa del mundo”.

“Durante años, se crearon mapas de toda la galaxia basadas en estudios parciales o empleando solo un método. Por desgracia, cuando se compararon las figuras de distintos grupos de estudio, nunca coincidían”, explicó Benjamin. “Ahora podemos unir estos brazos, como si fueran piezas de un rompecabezas y podemos establecer su estructura, posición y ancho por primera vez”, agregó.

Fuente: http://www.elpais.com

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Fuente: www.elpais.com

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Tras un viaje de nueve meses, la sonda estadounidense Phoenix se ha posado con éxito en Marte esta madrugada -a la 1.53 hora española- para buscar hielo en los polos del planeta rojo e indicios químicos de una potencial forma de vida primitiva. La Phoenix, que fue lanzada el 4 de agosto de 2007, es la primera nave que se posa en el ártico marciano para una misión de tres meses.

Después de recorrer 679 millones de kilómetros, la sonda ha entrado en la alta atmósfera de Marte hacia las 01.31, a una velocidad de 21.000 kilómetros por hora, para iniciar un descenso peligroso antes de aterrizar suavemente siete minutos después, ha informado la CNN en directo desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), en Pasadena, California.

“Ha tocado superficie suavemente, de acuerdo con lo previsto”, han indicado los responsables de la misión entre aplausos y el júbilo del equipo del JPL al comprobar que la nave había superado los denominados “siete minutos de terror”.

Phoenix desplegó sus dos antenas solares unos 20 minutos después del aterrizaje, tras dejar reposar el polvo para evitar que manche los paneles solares. La primera imagen de enviada por la nave, una en que se mostraban sus antenas solares deplegadas, ha llegado a la Tierra dos horas más tarde.

Al igual que sus predecesores, la Phoenix ha usado un escudo térmico para frenar la velocidad de entrada en la atmósfera marciana, y ha desplegado a continuación un paracaídas supersónico para disminuir la velocidad. A continuación, la nave ha encendido sus cohetes retropropulsores que le han permitido posarse con suavidad sobre sus tres pies, en la región de Vastitas Borealis, llano circumpolar que correspondería en latitud, en la Tierra, al norte de Canadá.

Misiones fallidas

Desde el comienzo de la exploración de Marte en los años 70, el 55% de las sondas enviadas al planeta no lograron posarse en él. En diciembre de 1999, el ambicioso proyecto de la Mars Polar Lander se convirtió en desastre cuando perdió el control a gran altitud y se estrelló sin remedio. Nueve años después, la nave automática Phoenix rescata de las cenizas las aspiraciones espaciales al respecto y, tras investigar los fallos de la anterior misión, en principio existen más garantías de éxito, según ha explicado el número dos del proyecto actual, David Spencer.

Ahora, la Phoenix ha contado con mayores garantías en este aspecto y en otros muchos, como en el sistema eléctrico, lo que ha permitido un “viaje muy seguro y tranquilo” desde la Tierra hasta Marte. “Hemos hecho todo lo que podíamos hacer para asegurar que el sistema es lo más robusto posible, ha afirmado Spencer, si bien reconoce que “no hay garantías” para un aterrizaje complicado que puede dar al traste con años de tiempo y dinero.

Fuente: www.elpais.com

untitled.bmpMultinacionales y distribuidoras médicas de España, Italia, Alemania, Estados Unidos, Japón, Francia, el Reino Unido, los Países Bajos, Brasil, Malasia, Filipinas e Indonesia se han interesado por comprar y utilizar una nueva herramienta diagnóstica para el cáncer patentada en septiembre del 2007 por la biológica lucense Cenbimo (Centro de Biología Molecular).

La empresa, nacida hace tan solo cuatro años y participada por el Igape y por Xesgalicia, opera en el Policlínico de Lugo (Polusa), pero ya ha adquirido más de 7.000 metros cuadrados en el polígono de Friol para ampliar sus instalaciones e iniciar la fabricación en serie de sus revolucionarias sondas moleculares.

El invento de Cenbimo ha recibido elogios en ferias médicas especializadas tan reputadas como la de San Diego, celebrada hace dos semanas, y antes en Alemania, el Reino Unido o Francia.

El director de la firma, el anatomopatólogo Jesús Alba Losada, trabaja en el desarrollo del proyecto, sondas de hibridación que permiten diagnósticos de hasta 21 tipos de cáncer en un tiempo récord de 30 minutos, en lugar de las 48 horas del proceso estandarizado ahora en todo el mundo. El procedimiento permite ver secuencias concretas de ácidos nucleicos y reducir, por ejemplo, los resultados de un cultivo tradicional de bacterias de 20 días a solo media hora.

La poderosa herramienta diagnóstica creada por Cenbimo aporta, además de rapidez, mayor precisión y potencia que las utilizadas hasta ahora en los institutos de anatomía patológica. Las sondas a la venta identifican mielomas y linfomas, cáncer de hígado, tumores neuroendocrinos, tiroideos, leucemia o los provocados por el virus de Epstein Barr o los citomegalovirus. El equipo de Alba Losada desarrolla variaciones para la detección del cáncer de mama y el sarcoma de Kaposi.

Más información: http://www.lavozdegalicia.es

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Un equipo de investigadores de Nueva York y Barcelona, liderado por el catalán Joan Massagué, ha identificado el proceso mediante el cual las células de tumor de mama se reproducen y extienden al pulmón, “pervirtiendo” una hormona cuya función básica es, precisamente, bloquear la división celular.

El estudio, que hoy publica la prestigiosa revista científica Cell, explica como los científicos han determinado cómo las células del cáncer de mama utilizan un determinado tipo de molécula, denominada TGFß, para promover la metástasis, es decir la expansión por el organismo de células tumorales, proceso que causa aproximadamente el 90 por ciento de las muertes por esta enfermedad.

Esta hormona (TGFß) está presente en todo el organismo y tiene la función de controlar y suprimir el desarrollo celular, evitando así, por ejemplo, que las células continúen reproduciéndose cuando una herida sangrante ya está cerrada.

El estudio ha revelado, sin embargo, que las células cancerígenas son capaces de “pervertir” y aprovechar las funciones de esta molécula “señalizadora” –citoquina– en beneficio propio y ponerlas a trabajar en favor del tumor en vez de eliminarlo, desarrollando así la metástasis.

El erciente estudio demuestra que la TGFß realza la capacidad de metástasis de los tumores de mama en humanos y revela cómo las células tumorales aprenden a sacar provecho de las citoquinas, que acaban trabajando para asegurar la propagación del cáncer de mama.

El trabajo de los investigadores se centra en buscar la manera de interceptar la acción de estas moléculas para prevenir la metástasis en pacientes de cáncer.

Autor: Carlos Martín

Fuente: www.novaciencia.com

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Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto un nuevo planeta extrasolar de pequeñas dimensiones en la constelación de Leo. El hallazgo, que aparece publicado en el último número de la revista Astrophysical Journal Letters, es un paso más para encontrar planetas con una superficie similar a la de la Tierra y a una distancia de su estrella que les permita tener las condiciones adecuadas para albergar vida.

Así lo manifestó ayer Ignasi Ribas, investigador del CSIC, quien, junto a Andreu Font, ha presentado este nuevo planeta, denominado GJ 436c, que es de tipo rocoso, es cinco veces más grande que la Tierra y se encuentra a 30 años luz de ésta. El científico ha augurado que descubrir algún tipo de vida en estos planetas podría ocurrir dentro de una década, aunque en ningún caso se tratará de un “clon” de nuestro mundo.

El astrofísico ha explicado que para que un planeta se defina como habitable debería estar a una distancia de su estrella que le permitiese tener una temperatura adecuada para la vida y, además, disponer de agua líquida en su superficie.

Ignasi Ribas ha destacado que la importancia de su descubrimiento radica en que se trata de un planeta de pequeñas dimensiones, cinco masas terrestres, que podría ser el más pequeño descubierto hasta el momento.

Actualmente sólo se conocen unos cuatro o cinco que superan en casi diez veces el tamaño de la Tierra, a los que se denomina “super-tierras”, pues la mayor parte de los aproximadamente 280 planetas descubiertos hasta el momento son gigantes gaseosos del tamaño de Júpiter.

Técnica novedosa

Además, el hallazgo es también importante porque la técnica utilizada por el equipo español es novedosa respecto a las usadas hasta ahora, pues es el primer planeta encontrado al detectarse las perturbaciones que ejercía sobre otro planeta de su mismo sistema, el de la estrella CJ 436, causando cambios en su órbita.

Según Ribas, esta técnica “tiene una proyección de futuro bastante importante para descubrir planetas pequeñitos que sean capaces de perturbar a otros más grandes”.

 

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Un grupo de científicos han recopilado en un informe un conjunto de evidencias que muestran que el cambio climático es responsabilidad exclusiva de la actividad humana, y no está influido por la actividad del sol, como se ha sugerido recientemente.

La BBC ha publicado los resultados de dicho informe que desmonta la teoría del científico Henrik Svensmark, del Centro Espacial Nacional Danés, que sostienen que los cambios en los rayos cósmicos que proceden del sol y llegan a la Tierra determinan la nubosidad y la temperatura. La Universidad de Lancaster ha sido la responsable de recopilar las evidencias publicadas hoy. Los rayos cósmicos, dice el informe, no han sufrido ninguna variación en los últimos 20 años.

El equipo ha usado tres caminos diferentes para establecer alguna correlación y no encontraron ninguna. Terry Sloan, el científico que ha liderado este estudio, ha comentado a la BBC que comenzaron a investigar a partir del trabajo de Svensmark, para evitar “todas las medidas carísimas para cortar las emisiones de CO2” en el caso de que el danés tuviera razón.

Los rayos cósmicos son desviados de la Tierra por el campo magnético del planeta y por el viento solar, una corriente de partículas cargadas de electricidad procedentes del sol. La hipótesis de Svenmark es que cuando el viento solar es débil, hay más rayos cósmicos que logran llegar a la Tierra. Esto hace que haya más partículas solares en la atmósfera, que inhiben la creación de nubes y el enfriamiento del clima.

El equipo del profesor Sloan, ha investigado esta teoría buscando periodos de tiempo y lugares de la Tierra en los que se ha documentado la llegada de rayos cósmicos débiles y fuertes, y observando si la nubosidad de estos lugares se veía afectada en dichos periodos. “Por ejemplo, a veces el sol eructa, es decir, expulsa una cantidad enorme de partículas cargadas de electricidad”, ha explicado Sloan.

“Este trabajo es importante porque ofrece un límite superior en el efecto sobre las nubes de los rayos cósmicos ofrecido por los satélites” ha comentado el doctor Giles Harrison de la Universidad de Reading, un investigador especializado en la física de las nubes.

Fuente: www.elpais.com

 

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El telescopio espacial Spitzer de la NASA ha descubierto la presencia de grandes cantidades de gases orgánicos simples y vapor de agua en una zona de formación de planetas, según ha revelado el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. Tanto los gases orgánicos como el vapor de agua giran en forma de disco alrededor de una nueva estrella, lo que constituye una prueba de que esas moléculas se crearon allí, señala JPL en un boletín.

El descubrimiento ha sido posible gracias a un aumento de la capacidad del telescopio que permite mejorar la visión de las primeras etapas en la formación de los planetas, lo cual podría aumentar el conocimiento sobre el origen de nuestro sistema solar y el potencial de vida en otros.

Esa capacidad ha sido lograda por John Carr, científico del Laboratorio Naval de Investigaciones (Washington) y Joan Najita, del Observatorio Nacional Optico, en Tucson (Arizona). Para ello utilizaron el espectrógrafo infrarrojo de Spitzer con el que midieron y analizaron la composición química de los gases de discos protoplanetarios.

Masas de gas y polvo

Esos discos son masas de gas y polvo que giran en torno a una estrella joven y los científicos creen que son el material básico para la formación de planetas y lunas, que después de miles de millones de años se convierten en sistemas planetarios como el nuestro. “Gran parte del material dentro de estos discos es gas, pero hasta ahora había sido difícil estudiar su composición en regiones de formación de planetas. Se había prestado mayor atención a las partículas sólidas porque son más fáciles de observar”, ha declarado Carr. El punto de observación fue la zona de la estrella AA Tauri, que tiene menos de un millón de años y es un ejemplo típico de las estrellas jóvenes con discos protoplanetarios.

Con su nuevo procedimiento, los científicos detectaron moléculas orgánicas simples, como cianuro de hidrógeno, acetileno y dióxido de carbono, además de vapor de agua. “Hay evidencia de una química orgánica activa dentro del disco que forma y enriquece estas moléculas”, ha señalado Carr.

La capacidad espectróscopica de Spitzer también fue aprovechada por otro grupo de científicos que encontraron en dos ocasiones moléculas de agua en discos que rodean a estrellas jóvenes. “Esta es una de las pocas veces que se ha demostrado de manera directa que existe vapor de agua en la parte interna de un disco protoplanetario, que es la parte más probable para la formación de planetas” similares a la Tierra, según Colette Salyk, del Instituto Tecnológico de California y autora principal del estudio.

“Aunque no detectamos tanta agua como la que existen en los océanos de la Tierra, pues sólo vemos la superficie del disco, pensamos que el agua es abundante”, ha indicado Geoffrey Blake, profesor de cosmoquímica y ciencias planetarias del instituto.

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