Sáb 28 Sep 2013
La nueva entrega del Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) es una vuelta de tuerca más de lo que ya hace tiempo parece una evidencia incontrovertible: el planeta se calienta de modo irreversible. Cada informe certifica que el rango de escenarios a contemplar va desplazándose hacia la zona pesimista del anterior. Hace una década hablar de una expectativa de calentamiento de casi 5 ºC para el próximo siglo hubiera sido denunciado como una histeria de ecologistas irredentos, pero ese aumento, que asusta, es una posibilidad viable en el informe que ha sido hecho público recientemente en Estocolmo.
Qué pena que entre tanto desmesurado científico no hayan invitado a unos cuantos escépticos del cambio climático, club éste que ha contado nada menos que con expresidentes de gobiernos y miembros de la altura intelectual de Sarah Palin, además de la financiación de la petrolera Exxon, para que con su ecuanimidad nos permitan seguir bebiendo del alcohol adictivo del “creced y multiplicaos” que tan buenos resultados está dando a nuestra especie.
Ironías aparte, ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿Qué país o autoridad intergubernamental está capacitada para solucionar lo que puede ser un enorme drama medioambiental para nuestra especie? Si este enorme problema transita el ámbito global, ¿para cuándo dispondremos de una organización mundial con poder real que le pueda hacer frente?
Más información sobre el nuevo informe en: El País.
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