Un altavoz alimenta con vibraciones un tubo en el que se van produciendo ondas estacionarias en función de la frecuencia del sonido que está sonando. El truco está en que el tubo tiene pequeños orificios que alimentan con gas una llama, de manera que, las ondas estacionarias se consiguen visualizar: las zonas de máxima amplitud de onda generan llamaradas mayores y las zonas de amplitud nula no producen nada de fuego. El resultado puedes verlo en este vídeo.

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Fuente: El tao de la Física