A todos nos han enseñado eso de que una pluma y un martillo caen con la misma aceleración, pero ¿quíen se lo ha creído? Nuestra incredulidad se basa en la experiencia cotidiana donde efectivamente no caen igual. Sólo la genialidad de Galileo pudo eliminar, haciendo uso de la razón, el factor que distorsiona la interpretación de este sencillo fenómeno: el aire afecta de modo diferente a ambos cuerpos enmascarando la igualdad en las caídas. El cuerpo nos pide verlo para creerlo, pero tenemos que eliminar el aire y esto sólo se puede hacer de dos maneras: haciendo vacío o haciéndolo en el espacio… o en la Luna.

Hemos encontrado este vídeo increíble en el estupendo blog Tic-tac. Disfrútalo.

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Otra mente genial supo interpretar de modo muy profundo lo que acabas de ver: Einstein. El contraintuitivo fenómeno significa que la masa inercial coincide con la masa gravitatoria, o lo que es lo mismo, la gravedad equivale a la aceleración. El martillo cae igual que la pluma porque aunque es atraído por la Luna con una mayor fuerza gravitatoria también presenta (en la misma medida) mayor resistencia a ser acelerado. La equivalencia entre gravedad y aceleración es el pilar sobre el que se construye la teoría general de la relatividad.