El científico español Juan Carlos Izpisúa ha conseguido poner a punto un modelo para estudiar el envejecimiento celular usando células de enfermos de progeria, una terrible enfermedad que provoca un envejecimiento prematuro en niños (ver vídeo). Estas células serán ahora usadas para conocer en profundidad los mecanismos por los cuales las células envejecen y acercarnos quizás un poquito al antiguo mito del elixir de la eterna juventud. La importante investigación se ha publicado en la revista Nature.
La única duda sería qué pasará con la edad de jubilación.
Hemos leído en el blog Sobrenatural.net que el ejército británico está poniendo a punto una tecnología de enmascaramiento con el paisaje que permitirá tener un ejército de tanques invisibles.
Sobre esto sólo dos comentarios. El primero es que los pulpos superan ampliamente a los sofisticados ingenieros militares británicos (si no lo crees echa un vistazo al vídeo). El segundo es que después de ver recientemente la serie Apocalipsis sobre la Segunda Guerra Mundial, que dicho sea de paso debería ser de visión obligada para las nuevas generaciones para que puedan confirmar en la realidad el significado del título, y aunque suene utópico e incluso demagógico, ¿cómo es posible que después de todos los horrores que arrastramos en el último siglo no nos estemos planteando seriamente la posibilidad de la desaparición real de los tanques y de toda la parafernalia militar?
No vamos a desarrollar ahora el mecanismo por el que las auroras boreales se producen, lo hace aunque muy brevemente la voz en inglés del audio, sino simplemente vamos a disfrutar del espectáculo que encontró un fotógrafo noruego en una cámara que dejó toda la noche funcionando. ¡Impresionante!
Ojo con mantener aquello de que la cara es el espejo del alma, ya que, si ves el siguiente vídeo, el alma del tierno infante sería de plástico y silicio. Va quedando claro que nuestra identidad y esencia tiene su sede en el cerebro y, por ahora, éste sólo ha sido imitado parcialmente, e incluso en algunos casos superado (hace tiempo que el campeón del mundo de ajedrez es una máquina), pero ni de cerca se ha diseñado algo que se le parezca en términos globales (con la excepción quizás del supercomputador Hal de la magistral película 2001 Odisea en el Espacio que se resistía con circuitos y dientes a ser desconectado).
Clásicamente se ha considerado como argumento contra la inteligencia artificial la imposibilidad de que las máquinas expresen o sientan emociones. Sin entrar en difíciles disquisiciones sobre la diferencia entre expresar o sentir, el vídeo puede contribuir a que las supuestas barreras infranqueables vayan perdiendo algo de su nitidez.
Nuevos análisis comparativos realizados con parientes de Lucy, el australopiteco descubierto por Donald Johanson hace ya años en la actual Etiopía, han concluido que ya andaban como nosotros. Esto nos recuerda las primeras pisadas de bípedos, impresas por azar en el suelo, de sus congéneres de Laetoli y sobre todo nos recuerda a la editorial Laetoli, empeñada en evitar lo que tantos se están esforzando en conseguir, es decir, la vuelta a la irracionalidad y el oscurantismo. Buque insignia del pensamiento escéptico español, no deberíais perderos su colección “¡Vaya timo!”. Os dejamos el enlace aquí por si os interesa.
Más información sobre el análisis del bipedismo de los australopitecus: El País
La pelota va a una velocidad superior a los 200 km/h antes del choque y recuerda que el material de la que está hecha es bastante duro. ¡Impresionante!
Nuestro compañero Mariano Peñuela nos ha puesto en contacto con este vídeo que trata la amistad entre un perro y un delfín. Ante todo hay que decir que corresponde a una película, por lo que hay que considerar una dosis de artificiosidad, e incluso algún truco que otro, suponemos, pero no deja de ser una bonita historia.
Stephen Wilshire es lo que antiguamente, con bastante poca delicadeza, se denominaba un idiot savant, y que hoy en día con un poco más de sensibidad ha quedado sólo en savant, ya que en realidad padece autismo. Sus capacidades son asombrosas en relación a su memoria fotográfica por lo que guarda en su cerebro ciudades enteras que luego es capaz de reproducir al detalle. Aunque no nos sorprende, sobre todo después de haber leído el maravilloso libro de Oliver Sacks “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, en cuanto a que creemos perfectamente posible que alguna persona, excepcionalmente, tenga alguna capacidad mental también excepcional, tampoco queremos dejar de lado un poquito de escepticismo por si fuera una más de las muchas historias falsas montadas en Internet. De cualquier manera queremos dejar constancia que este caso no da ningún apoyo a aquello tan manido de que usamos el 10% del cerebro y bla, bla, bla, que consideramos una tontería que no deja de serlo por ser muy repetida: es como si dijéramos después de ver jugar al tenis a Rafa Nadal que todos tenemos el brazo trabajando al 10% y que bla, bla, bla…
Por cierto, este vídeo nos ha llegado por gentileza de nuestro compañero Antonio Cerván.