Magnífica entrada que hemos encontrado sobre este tema en el también magnífico blog Fogonazos (haciendo clic aquí).
Como muestra un botón: una botadura lateral con “mojadura” de los asistentes incluida. Hay muchas más, todas muy espectaculares, en el enlace anterior.
Las alteraciones atmosféricas causadas por las emisiones de dióxido de carbono son irreversibles, asegura un estudio difundido por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) (tienes el artículo a tu disposición en el enlace). Según la investigadora Susan Solomon, la eliminación de ese gas contaminante de la atmósfera de forma inmediata no ayudaría a remediar la actual situación.
Para que el planeta recupere las temperaturas normales pasarán al menos mil años, pues éstas se mantendrán durante mucho tiempo en los mares, señaló Solomon en su estudio. Añadió que es falsa la presunción de que el cambio climático plantea riesgos menores y que los cambios podrían revertirse en unas pocas décadas.
“Los cambios climáticos son irreversibles, debido a que las emisiones de dióxido de carbono ya están ocurriendo”, señaló Solomon, científica del Laboratorio de Investigaciones de la Tierra en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Esta información nos recuerda, en versión detallada, la apocalíptica predicción que hizo el químico y ecólogo James Lovelock hace ya algunos años entrevistado por la periodista Rosa Montero. Te ofrecemos una pregunta de esa entrevista y la correspodiente respuesta:
Y si nos esforzamos en tomar medidas y abandonar todas esas prácticas que están alterando el ozono y provocando el cambio climático…
No serviría de nada. Hace 100 o 50 años hubiera sido posible hacer algo, pero a estas alturas ya no hay manera de detener el proceso. Yo creo que dentro de la ciencia del clima todo el mundo sabe que ya es demasiado tarde. Es como ir dentro de un bote y estar demasiado cerca de una catatara. Por mucho que remes, no podrás evitar la caída. Y ahora lo mismo: no se pueden parar las fuerzas naturales que mueven el planeta. A veces pienso que estamos igual que en 1939, cuando todo el mundo sabía que iba a empezar una guerra mundial, pero nadie se daba por enterado.
Nuestra Revista Digital de Ciencias tiene el privilegio de publicar el artículo “Aspectos generales del programa de conservación ex-situ del Lince Ibérico” (el texto a tu disposición haciendo clic en el enlace) cuya autora, Astrid Vargas, dirige el programa de cría en cautividad del lince ibérico en el Parque Nacional de Doñana. Este programa representa la última esperanza de conservación de esta hermosísima especie.
Puedes visitar la página web del programa citado, en la que encontrarás multitud de materiales escritos, fotos y vídeos, en la dirección:
Abrimos la edición de 2009 de nuestra Revista Digital de Ciencias con una editorial sobre el pujante mundo de la irracionalidad. Te incluimos aquí sólo el primer párrafo:
“Ya lo sabemos: la racionalidad no es simpática. Incomoda con su continuo rumiar que nos impide la entrega al plácido sueño de la certeza. Recuerda, con una vehemencia molesta, que el error y la imperfección están al acecho para en cualquier momento tomar las riendas de nuestra mente sin apenas percibirlo. Nos hace sentir, por la conciencia que otorga, pequeños, insuficientes y desvalidos frente a la maraña incomprensible e inmensa que es a veces la realidad. ¿Puede competir en su densidad compleja con la ligereza, la facilidad y la seguridad fanática de los superpoderes? ¿Puede igualar en plasticidad y libertad a la imaginación? Definitivamente, la respuesta es negativa. Pero, muy en el fondo, sabemos que estamos hechos por y para el mundo en el que vivimos y es la curiosidad por este mundo la que nos está enseñando cómo hay que mirarlo: con los ojos de la razón”.
Un experimento clásico y muy sencillo, cuya interpretación teórica permite la aplicación práctica de los conceptos propios de la teoría cinética de los gases. ¿Por qué pasa lo que pasa? Si conoces la teoría cinética de los gases, aplícala y si no, haz clic aquí para conocerla previamente.
Los climatólogos creían hasta ahora que todo el planeta se estaba calentando con la excepción de la Antártida, y que la mayor parte de este continente se estaba enfriando. Científicos de la NASA y la Universidad de Washington acaban de demostrar, combinando los datos de satélites y estaciones en tierra, que no es así. Durante los últimos 50 años, la Antártida se ha estado calentando a un ritmo parecido al del resto del mundo.
Hay que tener mala suerte para que se te cuele un tiburón en una jaula diseñada para protegerte de este imponente animal y mucha buena suerte para poder contarlo.